Cada vez vemos más presentes estas siglas, que hacen referencia a las reglas y procesos necesarios para la intercomunicación entre aplicaciones.
Una API es un conjunto de reglas (códigos) y especificaciones que las aplicaciones pueden seguir para comunicarse entre ellas, sirviendo de interfaz entre programas diferentes de la misma manera en que la interfaz de usuario facilita la interacción humano-software.
Nos permite implementar las funciones y procedimientos que engloba en nuestro proyecto sin la necesidad de programarlas de nuevo. En términos de programación, es una capa de abstracción.
El término API ha evolucionado un poco con la revolución de los servicios web que dieron a lugar lo que hoy se conoce como API REST, o como muchos suelen llamarla, solo API.
¿Qué es una API REST?
Una API REST es una biblioteca apoyada totalmente en el estándar HTTP. Visto de una forma más sencilla, una API REST es un servicio que nos provee de funciones que nos dan la capacidad de hacer uso de un servicio web que no es nuestro, dentro de una aplicación propia, de manera segura.
Un ejemplo claro sería la API de Twitter. Todos los clientes desarrollados por terceros usan esa API, sin importar el sistema operativo para el cual fueron desarrollados.
A continuación te dejamos unos ejemplos acerca del uso de las API Web:
Los desarrolladores de un programa cualquiera para Windows que se conecte a Internet no necesitan incluir en su código las funciones necesarias para reconocer la tarjeta de red, por ejemplo: basta una ‘llamada’ a la API correspondiente del sistema operativo.
Las plataformas relacionadas con Twitter, sean las de búsqueda y filtrado de menciones como Topsy, o las de gestión de tuits como Hootsuite, pueden hacer uso de la capacidad de procesamiento de los servidores de Twitter.
Los webmasters pueden incluir en sus webs de forma automática productos actualizados de Amazon o eBay, permitiendo iniciar el proceso de compra desde su web. O quizá te permiten identificarte con Facebook Connect, ahorrándose así el complejo proceso de gestión de usuarios (y evitando al internauta tener que registrarse en una web más). Igualmente, los botones de “+1” de los blogs son llamadas a la API de Google.
En definitiva, podemos ver el uso de las API como una subcontratación de funciones.
¿Cómo funciona la economía API?
Una encuesta realizada hace un año por el Instituto Apigee llegó a la conclusión de que las organizaciones que se identificaban a sí mismas como más competentes en el uso de las API, tenían mayores ingresos y generaban niveles más altos de satisfacción al cliente. Y prácticamente todos los ejecutivos encuestados (del ámbito del marketing y las TIC) llegaban a la conclusión de que las API tendrían un impacto sustancial en sus negocios en los siguientes 12 meses, y que podría incluso aumentar a largo plazo. Pero también llegaban a la conclusión de que a día de hoy, la “Economía API” es frágil: la falta de coherencia en las implementaciones de la API conduce a menudo a errores de integración tras cada actualización… lo que puede hundir de un día para otro el negocio de muchos partners de los proveedores de esas API.
¿Estas listo para utilizar esta función?